Lunes 20
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Martes 21
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Miércoles 22
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Jueves 23
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Viernes. 24
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1- Recordatorio del Desembarco de los Treinta y tres Orientales.
2-Practicar cursiva.
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1- Cálculo- razonamiento.
2- Escribir y estudiar la tabla del 2 y 3
3-Saludo e intervención de practicantes.
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1-Artistico Leyenda del Hornero.
2-Lectura en familia.
3-Historia:Conocemos algo acerca de los indígenas.
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1- Geometría: Conocemos algunos elementos del plano.
2- Geografía: Plano del barrio
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3- Actividad con practicantes" Las partes de las plantas y sus funciones.
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A partir de la pintura de Juan Manuel Blanes "Juramento de los Treinta y Tres Orientales".
Observen en familia la escena: Actores: ¿QUIÉNES SON?; tiempo: ¿CUÁNDO? y espacio: ¿DÓNDE?
¿A qué hecho corresponde?
ESCRIBE EL SIGUIENTE RECORDATORIO EN EL CUADERNO. (USA CURSIVA).
"El desembarco de los Treinta y Tres Orientales según afirma la tradición un grupo de Patriotas, cuyo jefe fue Juan Antonio lavalleja, cruzó el río Uruguay y desembarcó en la playa de la Agraciada, en el departamento de Soriano sucedió el 19 de abril de 1825.
Así desplegaron su bandera y juraron liberar la patria o morir en la demanda. Querían liberar la Patria que estaba en manos de los Portugueses.
¿Cuántas franjas tiene la bandera?
……………………………………………… ……………………. ……………...
¿De qué color son?
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¿Cuál es el lema escrito en la franja central?
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Practicante Jessica se comunica con ustedes a través de Crea compartiendo en la carpeta que dice
ACTIVIDADES CON PRACTICANTE JESSICA !!
Matemática
Aplicamos situación problema.
1-Gastón compra 3 sobres de semillas para la huerta a $45 cada uno.
¿Cuánto deberá pagar?
Dibuja con billetes y monedas.
Escribir y estudiar la tabla del 2 y del 3.
LES DEJO UN VIDEO EXPLICATIVO SOBRE GEOMETRÍA
ELEMENTOS DEL PLANO.
Al cuaderno:
DEJAMOS UNA LEYENDA PARA LEERLA EN FAMILIA.
LEYENDA DEL HORNERO
Mi tatarabuelo, quien –como ustedes saben- se llamaba Gran Lechuzón Ñacurutú Primero, se emocionaba mucho cada vez que narraba esta leyenda, porque en ella se cuenta la historia de un lejano pariente plumífero que los aborígenes llamaron ogaraití, y al que nosotros conocemos con el nombre de hornero, el pájaro arquitecto.
Contaba mi tatarabuelo que Ogaraití era un indio joven, fuerte y valeroso, que vivía con su padre en la profundidad del espeso monte nativo…
Ogaraití era un excelente cazador; difícilmente un ñandú lograda escapar de las boleadoras de dos piedras arrojadas por él. Laiusam, llamaban los indígenas a esta peligrosa arma arrojadiza que el joven aborigen manejaba con letal eficacia; y pocas veces una yuambú –una perdiz- pudo esquivar la flecha disparada con el poderoso afia, el arco fabricado por el padre de Ogaraití.
Un atardecer, cuando Ogaraití retornaba cargando un fabuloso tatú que acababa de atrapar, escuchó una melodía entonada por una dulce voz femenina.
Ogaraití se acercó sigilosamente para descubrir a quién pertenecía la admirable voz…
Se sorprendió mucho cuando comprobó que la canción era entonada por la hija del cacique de la tribu.Planificación
Cuando Ogaraití vio el hermoso rostro de la india quedó turulato por su belleza; se enamoró tanto que perdió las ganas de cazar, perdió la puntería y casi pierde el respeto de su padre, quien debió reprenderlo muchas veces diciéndole que se dejara de bobadas, y que prestara mayor atención a sus responsabilidades indígenas.
Para suerte del padre, el hijo se dejó de pavadas; no porque decidiera hacerle caso, sino porque las lunas anunciaban que a Ogaraití le había llegado el momento de abandonar la niñez aceptando el arribo definitivo a la juventud…
La tradición indígena indicaba que para ser aceptados legalmente como jóvenes, todos los niños que llegaban a la edad de Ogaraití debían competir entre ellos midiendo sus capacidades, enfrentándose a tres difíciles pruebas: una carrera a pie; una carrera a nado y una resistencia al ayuno.
Además, de acuerdo con las leyes impuestas por los ancestros, si un mismo competidor ganaba las tres pruebas, al triple vencedor debían concederle un premio significativo.
En esta oportunidad, el joven que triunfara tendría como premio la autorización para casarse con la hija del cacique.
Como podrán imaginarse, para Ogaraití ese era el premio más sensacional que podían concederle. Por eso no tuvo problema cuando debió competir corriendo a través de un campo colmado de abrojos y ortigas.
Fascinado de amor por la india de cara perfecta, Ogaraití corrió como solía hacerlo el venado del campo cuando era perseguido por una partida de veloces cazadores.
Ogaraití no sintió los pinchazos de los abrojos clavados en sus pies desnudos ni percibió los alfilerazos ardientes propios de las ortigas.
Por correr así, pronto Ogaraití sacó una ventaja inmensa al grupo de jóvenes que competían con él, y la consecuencia lógica de correr tan rápido fue que Ogaraití resultó el ganador absoluto de la primera prueba.
Cuando le tocó competir en la carrera a nado, Ogaraití pensó que le sería muy difícil ganar esta prueba, porque los jueces habían elegido una zona en donde la corriente del río Uruguay era terriblemente fuerte.
Sin embargo, no bien se sumergió en las heladas aguas del venerado Uruguay, Ogaraití comenzó a deslizarse sin dificultad sobre la corriente turbulenta.
Al nadar como si fuera un enorme bagre marino, Ogaraití sintió que la fuerza de sus poderosas brazadas provenía del espíritu de ese pez gigante que sus ancestros llamaban bagadú, y del amor descomunal que sentía por la hija del cacique.
Ogaraití nadó feliz… Y feliz calculó el rumbo que lo llevaría a la playa de la orilla opuesta.
El muchacho emergió en el lugar exacto donde esperaban los tres jueces que arbitraban las competencias.
-Ogaraití ganó por muchas olas de ventaja –comentó el juez ubicado a la derecha.
-Ogaraití ya ganó dos pruebas… -agregó el juez del medio.
-Si Ogaraití vence en la tercera prueba, podrá casarse con la hija del cacique… -sentenció el juez instalado a la izquierda.
Ogaraití escuchó los comentarios de los jueces, pero no se ilusionó, porque el joven guerrero sabía que en la tercera prueba debería enfrentarse a exigencias muy distintas.
-En la próxima prueba competirás contra ti mismo. Aquí, en esta playa, deberás estar inmóvil y deberás resistir sin comer por nueve días y sus correspondientes noches… -anunció el juez más alto, dirigiéndose al empapado Ogaraití.
-Y solamente podrás beber agua del río que dejaremos junto a ti en estas nueve vasijas de barro… -advirtió el juez más petiso.
-Además, te cubriremos con este cuero, que por nueve días y nueve noches será tu cárcel personal… -decretó con voz sombría el juez más flaco.
Ogaraití aceptó resignado las extrañas condiciones de la tercera prueba; y ya metido en la terrible cárcel de cuero, rogó a los dioses que le dieran el poderío de It, el fuego, para resistir sin comer durante tantos días y sus correspondientes noches.
Sin embargo, el destino de Ogaraití tenía preparada una sorpresa extraordinaria, que la narración de Gran Lechuzón Ñacurutú Primero enfatizaba con placentera devoción.
Es bueno saber que, aunque no lo parezca, toda la tribu, durante el transcurso de la tercera prueba, estaba pendiente de la salud de los jóvenes que competían. Tres veces al día, sin que los competidores lo supieran, eran observados desde cerca por cuatro indios veteranos. Y todas las noches, una delegación integrada por ancianos de la tribu acompañaba a los jueces, para retirar de la competencia a los jóvenes que ya no resistían más.
Sólo Ogaraití resistió la totalidad de días y noches establecidas por la tercera prueba.
La novena noche, cuando los jueces iban a liberar a Ogairití, ocurrió el milagro. Aconteció en el momento justo en que la tribu entera rodeaba a Ogaraití para declararlo ganador absoluto de la competencia. Ante los ojos asombrados de la comitiva, Ogaraití, junto con el curso que lo envolvía, comenzó a achicarse…
Y antes de que una lechuza chistara tres veces, Ogaraití se transformó en un pájaro de plumas marrones, que salió volando hacia donde estaba la hija del cacique. Luego de revolotear sobre la india que amaba, Ogaraití se elevó hasta las ramas de un lapacho y lanzó desde allí su primer canto alegre y melodioso.
Y antes de que la lechuza cantara de nuevo, y mientras la tribu aún no había salido de su asombro, se completó el milagro con otro hecho extraordinario: la hija del cacique también se transformó en un ave de color rojizo…
Y cuentan quienes lo vieron, que en cuento la india fue pájaro, escapó volando hasta las ramas del lapacho en donde la esperaba inquieto el valiente Ogaraití.
Y agrega la leyenda que ese fue el origen de la pareja de horneros, las aves arquitectas, las aves enamoradas cuyo nido de barro perpetúa la silueta de Ogaraití, el valiente charrúa que se redujo encerrado en una cárcel de cuero.
RECUERDEN:
"La leyenda es una narración. Su origen está en algún pueblo que no sabe explicar algo por causas naturales y busca una explicación fantástica".
Luego de leerla responde en tu cuaderno de Lengua y Ciencias.
¿QUIÉNES FUERON LOS ABORÍGENES O INDÍGENAS?
¿DÓNDE VIVÍAN?
¿A QUÉ SE DEDICABAN?
¿CUÁLES ERAN SUS ARMAS?
¿CÓMO SE VESTÍAN?
¿CÓMO SE ORGANIZABAN?
¿CUALES ERAN SUS CREENCIAS ?
EL BARRIO AL QUE PERTENEZCO.
Cuando un niño pequeño comienza a caminar y va con los mayores a la placita o a la feria empieza a conocer su barrio.
Encuentra comercios como la panadería, el almacén, el super o el kiosco.
Seguramente conocerá la escuela, el liceo o UTU, la comisaría, policlínicas de salud, etc.
Si observan las casas se darán cuenta de que todas tienen un número que las distingue, aunque también puede reconocer algunas por su altura, o por sus colores.
Si se observan las calles se verá que todas tienen un nombre, pero también puede diferenciarlas por el arbolado en sus veredas o el tránsito que por ellas pasa.
Actividad:
Observa el lugar dónde vives, y responde:
¿TIenes vecinos alrededor?
¿Alguna calle principal?
¿A cuántas cuadras vives de la escuela?
¿Qué cosas te gusta de tu barrio?
¿QUé cosas o lugares identifican a tu barrio?