En 1915, Italia intervino en la guerra a favor de la Triple Entente y
dos años más tarde Estados Unidos se unió a los aliados . Los imperios
centrales (Alemania y el Imperio austro - húngaro) también se vieron
favorecidos, porque Rusia, en 1918, se retiró de la guerra.
En
1917, la guerra entró en una nueva etapa, caracterizada por el ingreso
de Estados Unidos al conflicto y por el triunfo de la revolución Rusa. A
partir de la declaración de guerra a Alemania, el febrero de 1917,
Estados Unidos se involucró directamente en el conflicto y envió a
Europa alrededor de un millón y medio de soldados.
Este apoyo
terminó inclinando la balanza a favor de los ejércitos aliados. Alemania
logró un cierto alivio con la firma del Tratado de Berst - Litovsk en
1918, fue imparable. En octubre, Turquía firmó un armisticio, poco
después, se rindió el Imperio austro - húngaro. El 9 de octubre, el
emperador de Alemania, Guillermo II, debió renunciar al trono y
exiliarse en Holanda. El ejército alemán formó la rendición, como ya lo
habían hecho sus aliados.
Comenzó la etapa de los tratados de paz y de la reconstrucción europea.